Las calzadas. Uno de los factores fundamentales del éxito de un imperio tan centralizado y militarizado como el romano fue la construcción de calzadas (viae) para facilitar el rápido transporte de efectivos militares (en su inmensa mayoría compuestos por soldados procedentes de las propias provincias) que hicieran frente a las frecuentes insurrecciones de los pueblos menos dispuestos a perder su autonomía. La red de calzadas fue tan densa como podemos observar en el mapa de la península: cerca de la mayoría de las ciudades había un campamento romano. Pero, además de soldados, por estas vías se desplazaban personas continuamente. Muchas de estas vías no han desaparecido: sólo han evolucionado hasta convertirse muchos de sus tramos en las modernas carreteras o autopistas. Por toda la geografía española encontramos aún restos originales de estos antiguos caminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario