lunes, 16 de abril de 2012

Las calzadas romanas

Las calzadas. Uno de los factores fundamentales del éxito de un imperio tan centralizado y militarizado como el romano fue la construcción de calzadas (viae) para facilitar el rápido transporte de efectivos militares (en su inmensa mayoría compuestos por soldados procedentes de las propias provincias) que hicieran frente a las frecuentes insurrecciones de los pueblos menos dispuestos a perder su autonomía. La red de calzadas fue tan densa como podemos observar en el mapa de la península: cerca de la mayoría de las ciudades había un campamento romano. Pero, además de soldados, por estas vías se desplazaban personas continuamente. Muchas de estas vías no han desaparecido: sólo han evolucionado hasta convertirse muchos de sus tramos en las modernas carreteras o autopistas. Por toda la geografía española encontramos aún restos originales de estos antiguos caminos.

1.- Unos bloques de piedra grandes y bien tallados marcaban los límites de la calzada.

2.- Las piedras miliares indicaban la distancia que había entre ese punto y Roma; de ahí el dicho de que “todos los caminos conducen a Roma”.

3.- Los cimientos de la calzada estaban formados por una gruesa capa de piedras grandes.

4.- Una especie de hormigón, compuesto por piedras pequeñas y cal, formaba la segunda capa.

5.- El núcleo de la calzada era otra capa con piedras y restos de tejas y ladrillos unidos con cal.

6.- El pavimiento lo formaban grandes losas planas que facilitaban la circulación. Estaba abombado por el centro para evitar los charcos cuando llovía.

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